Se pordría decir que no somos personas perfectas. Algunas que otras veces nos levantamos con el pie izquierdo, llegammos tarde siempre a todos los sitios, a veces nos levantamos con caras de zombies, somos tan despistadas que un día dejaremos la cabeza en casa. Todas las veces que tropezamos, que nos equivocamos, que os asombraríais de lo torpes que somos. Perderíamos la cordura aunque estuvieramos con el presidente y os mentiría si os dijera que nadie nos ha visto nunca pensar lo chifladas que somos y que hemos perdido unos cuantos tornillos. Pero, ¿sabéis lo mejor de todo? Que nos da exactamente igual,, nos pasamos horas y horas de risas hasta conseguir llorar o que nos duela demasiado la tripa, le sacamos la gracia a cuaquier tonteria y si tropezamos, nos levantamos; disfrutamos de cada momento, cada segundo como si fuese el último, nos reimos de nuestros propios errores y en muchas ocasiones de nosotras mismas, nos da igual lo que piensen de nosotras, gritamos y luchamos por lo que nos parezca a nosotras correcto aunque sea totalmente lo contrario, creemos demasiado en la suerte, pues en muchas ocasiones lo único que nos puede salvar cuando estamos en apuros. Y la gente seguramente se preguntará que cómo lo hacemos, cómo conseguimos sacarle todo lo bueno a algo tan oscuro; y la respuesta es, que ellos lo saben, pero no lo ponen en práctica.
Esta vida son dos días así que no los desprecies, tienes que disfrutarla a tope, experimentar nuevas sensaciones, tener una locura que habite en tus venas, reír y sacarle lo divertido a lo más mísero, si caemos levantarnos y aprender y sobre todo hay que vivir, porque esta vida esta hecha para eso.
No sabéis lo afortunada que soy de haber encontrado unas personas que tienen en práctica esa pieza fundamental, es nuestro método de vida, nuestras reglas a seguir, nuestros pensamientos y nuestro camino.