viernes, 10 de julio de 2015

Verano.

Hoy, después de mucho tiempo esperándote has llegado, aunque tengo un mal presentimiento de ti (haz que me equivoque). Estoy libre de exámenes. Si, cuesta creerlo pero así es. Ahora mi máxima preocupación será perder este blanco nuclear tan reluciente y he de decir que lo estoy consiguiendo.
Creo que me estoy haciendo mayor, no he salido de fiesta hoy. Me he pasado medio día durmiendo y aún me quedan muchas horas de la noche por delante para seguir leyendo. Y de escuchar música hasta cansarme también (Ah no, que de eso no me canso nunca).
He de decir que puede que te hartes, porque vienes repleto de mi; de encontrarme entre libros, entre canciones, entre conciertos y mucha música, y entre alguna que otra borrachera que no sabes como terminará pero es que ahí está la gracia. Voy a seguir haciendo deporte. Sí, increíble pero cierto. Me hace sentir bien, y estar sola no es nada aburrido si sabes como hacerlo. El problema es que la mitad de la sociedad de hoy en día lo de beber hasta olvidar lo que han hecho lo llevan a la orden del día, y así va todo. De mal digo.
Ahora solo me queda pedirte que me sorprendas, que yo te estaré esperando. Abrázame. Yo me encargo de vivirte. (¿Estaré hablando del verano o de alguien? Yo ya no lo se.)