domingo, 31 de enero de 2016

31 de enero.

Hoy he leído un texto el cual quiero compartir con vosotros para que reflexionemos un poco en esta última noche del mes.

"Vivimos en un mundo en el que prima la inmediatez. Parece que tengamos prisa de alguna razón, parece que nos hayan lavado la cabeza con aquello de "vive el momento, ahora ya, venga, ya y adiós", un momento abarca desde un segundo y hasta puede durar años (dependiendo de la medida de referencia que tomemos). Si no contestamos a un mensaje rápidamente se crean conflictos. Si pedimos comida a domicilio y llega 15 minutos más tarde, nos mosqueamos. Si vemos una camiseta en una web la queremos tener mañana en el armario. CALMA. Pretendemos enamorarnos instantáneamente, de cero a cien. Lo queremos todo y lo queremos ya, ordenar nuestras emociones de un día para otro y proseguir el camino en un par de horas, cambiar de apariencia en un par de meses, cambiar de amigos en un par de semanas y de trabajo en tres días, cambiar de ilusiones en un pestañeo.
Intento sobrellevar el ritmo pero me es casi imposible. No estoy hecha para cambiar de parecer en pequeños lapsos de tiempo. No me gusta la idea de lo efímero, aquello que hoy lo es todo y mañana ya no es nada. Me amarga tener que cambiar de rumbo sin contemplar opciones. Me disgusta que lo que hoy es blanco, mañana sea negro, sin cambios de color. Estoy cansada de tanta vagueza y tanta volatilidad. (Lo que pienso ahora lo voy a seguir pensando mañana y al otro y al otro). No sé desenamorarme de golpe y porrazo, ni intentar suplir carencias. No sé inventar sentimientos. No sé mentir. No sé engañar. No puedo comprometerme a decir que sí para luego decir que no. Me gustan las cosas lentas, los escalones, saborear, recrearme, dar vueltas en círculo, lo paulatino, las etapas, los capítulos, los niveles.
Me niego en rotundo a toda esta industria mentar del usar y tirar... A seguir tendencias que hoy sí son "top" y mañana son agua pasada. Estamos absorbidos. Me veo impotente a mantener conversaciones efímeras, a la virtualidad y al escaparatismo vital.Me incomoda toda esa mierda. Nadie es lo que parece. No soy lo que parezco... Nadie va a cambiarme con un toque de su varita mágica y voilá, renazco distinta... La inmediatez es un arma de doble filo, crea ansiedad.
Y yo necesito tiempo. No sé cuanto."